lunes, 24 de agosto de 2009

Causas, efectos y fases de la violencia intrafamiliar


EFECTOS DE LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR

Al revisar las causas de la violencia intrafamiliar también se hace importante identificar que tipo de efectos tiene dicho fenómeno, entre los que se encuentran: la disfunción de la familia, el distanciamiento de sus miembros y las mutaciones en su comportamiento o actitudes mentales. Los efectos pueden ser clasificados en: psicofísicos y psicosociales, específicos y genéricos o generales.

Los efectos psicofísicos son aquellos que producen cambios psíquicos o físicos, en un mismo acto. Los Psíquicos hacen referencia a la desvaloración, baja autoestima y estrés emocional producido por las tensiones que produce el maltrato, en los empleados por ejemplo produce una baja en su rendimiento laboral ya que las tensiones emocionales dificultan la concentración.

En cuanto a los físicos se manifiestan en forma de hematomas, heridas abiertas, fracturas, quemaduras, etc. En el acto sexual también se presenta violencia cuando este se produce en forma forzada, produciendo cambios en la personalidad y alteraciones en las relaciones con el violador, marido o compañero permanente o con los otros miembros de la familia.

Los efectos psicosociales se dividen en internos y externos. Los primeros son aquellos que generan la marginación. La exclusión y la violación de los derechos fundamentales de la mujer y los niños. Cuando se presenta un maltrato hacia la mujer esta se ve obligada a aislarse de ciertas actividades sociales, de relaciones interfamiliares y hasta en su propio hogar. Dentro de la exclusión se ven afectados loa niños en cuanto al afecto, puesto que una madre marginada forzosamente por la violencia intrafamiliar no puede brindar a sus hijos el amor que necesitan, lo que puede llevar a estos niños a la drogadicción, la prostitución y la delincuencia.

Violencia Infanti














Una triste historia

Hablar de violencia infantil es referirse a un tema doloroso, es hablar de una lacra de la humanidad que – a pesar de innumerables esfuerzos, propósitos y programas - no pudo ser erradicada. Una lacra aun peor que las pestes y las epidemias que luego de más de 5000 años de civilización y más de 2000 años de la era cristiana, sigue aquí, en la tierra, aferrada y creciente. Una desgracia originada y mantenida exclusivamente por los seres humanos, lo que nos hace dudar de la validez de la palabra humanidad.

Lo cierto es que, desde que el mundo es mundo, a los niños – como a las mujeres – les tocó la peor parte, ya que el concepto de niñez protegida es realmente muy reciente.

La historia nos muestra que la niñez, desde siempre, fue avasallada y sus derechos conculcados o ignorados, temas que a veces desde la actividad física el deporte y la recreación, se ven como lejanos.

La lista de padecimientos que les fueron y aun les son infligidos a los niños es interminable, además de ser cruel y escabrosa y cuantas veces pasa cerca nuestro la posibilidad de ayudar y no nos damos cuenta.

Desinterés y abandono, miseria e ignorancia colaboraron para sostener este estado de cosas, además de pautas culturales permisivas o decididamente crueles, por lo menos vistas desde nuestro punto de vista latinoamericano con fuerte raíz europea.

Es bueno puntualizar ahora éste, nuestro particular enfoque argentino, porque las pautas de cultura en materia de política infantil son sumamente distintas si nos referimos a razas o religiones diversas, y esto es válido aun dentro de nuestro continente americano puesto que, por ejemplo, no se considera de la misma forma a la niñez en la Argentina que en el Brasil.

Para bien o para mal - muchas veces para mal - cada país del mundo adopta y sostiene su particular visión sobre la infancia y por correlación, sobre la violencia infantil.

Sin pretender presentar un catálogo de miserias y crueldades humanas, doloroso y escatológico, creo que es necesario recordar, al menos, algunos de los hitos que la humanidad le ha impuesto a la niñez.

La actitud de la humanidad respecto de la protección o desprotección de la niñez ha sido absolutamente pendular, y ha ido y aun sigue yendo desde la protección total que ofrecen los países escandinavos, hasta el abandono y la esclavización que imponen algunos países africanos.

En Inglaterra, cuna de la mayoría de los derechos humanos, los menores son civil y penalmente imputables a partir de los 10 años.

Y esto tomó estado público a nivel mundial cuando hace poco tiempo, dos menores de 10 años, secuestraron en un shopping a un niño de 2 años, y luego de torturarlo con extremo sadismo, le quitaron la vida. Los niños asesinos fueron condenados judicialmente como si fuesen adultos y además recibieron la repulsa social de los ciudadanos, quienes aun hoy se oponen a la libertad condicional con que los victimarios fueron beneficiados.

En Brasil por otra parte, los niños, a partir de los 8 años de edad son considerados trabajadores legales y realizan aportes para su futura jubilación.

Al otro lado del mundo, en la India, los niños en verdaderas hordas, mendigan por las calles y literalmente viven a la intemperie en tanto que las familias más indigentes llegan a mutilar a uno de sus hijos, generalmente el menor, para que se arrastre, provoque más compasión y obtenga mayores limosnas.

En Etiopía, la desastrosa miseria hace que los niños mueran de inanición por miles, cada día.

Todos hemos visto con horror, en la televisión, a esos niños flaquísimos, casi esqueléticos, con sus vientres hinchados por el hambre y sus ojos enormemente abiertos al espanto y la desesperanza.

Y también todos recordaremos esa impresionante escena – ahora un clásico del periodismo – que mostraba a una niña vietnamita corriendo desnuda, para huir de su casa que volaba por los aires durante un bombardeo.

Y por casa ¿como andamos?. En la Argentina, mi patria, las cosas no llegan a tales extremos, pero la situación de abandono, mendicidad y delincuencia infantil, lamentablemente está en franco crecimiento. Y esto a pesar de los esfuerzos – reales o declamados – de las autoridades de turno, a lo largo de varias décadas.

Aquí también la política fue pendular. En un extremo del arco del péndulo podemos recordar al plan “los únicos privilegiados son los niños” que impuso el entonces presidente Perón, quien ubicaba a los niños – por lo menos en teoría - como primera prioridad nacional.

En el otro lado del péndulo podemos considerar la lamentable realidad actual, con padres que no se ocupan de sus hijos, con deficientes planes educativos, con insuficientes o inexistentes proyectos de contención, con creciente mendicidad, drogadicción, violencia y delincuencia.

domingo, 23 de agosto de 2009



VIOLENCIA INTRAFAMILIAR



La violencia intrafamiliar es un problema camuflado entre nosotros hasta el punto de
acostumbrarnos a él. Una complicación que a pesar de darse en un ámbito “privado”
tiene sus repercusiones en toda la sociedad, como lo demuestran los perfiles de los
delincuentes, de los abusadores o de muchos padres, abuelos, tíos y hermanos quienes
reproducen en cadena la violencia recibida en sus hogares.

Sin lugar a dudas, la violencia intrafamiliar es un síntoma de una sociedad enferma,
con un desarrollo humano muy pobre, con unas necesidades básicas insatisfechas y
apabulladas por la injusticia social. Sin embargo, hacerle frente a estos aspectos no
sería suficiente sin cambiar las creencias culturales de que con la violencia se
resuelven los problemas, se infunde la autoridad, se educa a los hijos y se retiene a la
pareja.

¿Alguna vez ha sido golpeado o ha golpeado a algún miembro de su familia?
¿Expresiones como: “Usted no sirve para nada”, “aquí se hace lo que a mí me da la
gana”, “usted tiene que cumplir con sus deberes conyugales”, son pronunciadas en su
hogar? ¿En su familia se burlan de usted, lo humillan, lo ridiculizan delante de la gente
o usted hace esto con otros parientes? Todas estas circunstancias son violencia
intrafamiliar.
El conflicto y el poder forman parte de la interacción de los seres humanos. Los
conflictos son inevitables y pueden acarrear un efecto positivo o negativo de acuerdo
como se vivan. En cambio, la violencia es una relación que genera deterioro y
perjudica a las personas. Por otro lado, la familia es el grupo primario de la sociedad.
Está conformado por sujetos que están unidos por lazos de parentesco, ya sea por
afinidad o consanguinidad, y por vínculos afectivos.